El Premio Nobel de Química 2022 es para los desarrolladores de una herramienta para construir moléculas
Estocolmo, 7 de octubre de 2022 (Agencias).- El sueño de diseñar moléculas a capricho que puedan curarnos o, simplemente, hacernos la vida más fácil, sumado al desarrollo de nuevas técnicas que apuestan por la sencillez para emprender este reto, ha valido a tres de sus impulsores el último premio Nobel de Química.
El premio Nobel de Química ha ido este año a parar a manos de la estadounidense Carolyn R. Bertozzi, el danés Morten Meldal y el también estadounidense K. Barry Sharpless, “por el desarrollo de la química clic y la química bioortogonal”.
Con este premio, Barry Sharpless se acaba de convertir en la quinta persona que gana dos Nobel, puesto que ya había recibido este galardón en el año 2001.
Sharpless sigue así los pasos de John Bardeen, Marie Skodowska Curie, Linus Pauling y Frederick Sanger, quienes también fueron premiados dos veces por el Comité del Nobel. El más reciente, el británico Sanger, recibió su segundo Nobel en 1980, por lo que Sharpless es la primera persona que lo logra en más de cuatro décadas.
En esta ocasión, los tres nuevos galardonados han sentado las bases para una nueva “forma de química funcional, la química clic, en la cual los ‘bloques de construcción’ moleculares encajan juntos de forma rápida y eficiente”. Bertozzi, en concreto, “ha llevado la química clic a una nueva dimensión y ha empezado a usarla en organismos vivos”, según ha destacado el Comité.
“El premio de Química de este año trata sobre no complicar demasiado las cosas, sino trabajar con aquello que sea simple y fácil. Las moléculas funcionales pueden construirse incluso tomando un camino directo”, ha expresado Johan Åqvist, jefe del Comité del Nobel de Quimica.
De hecho, la denominación de química clic proviene de la facilidad con que estas técnicas permiten juntar y estructurar moléculas, como si, simplemente, hicieran clic unas con otras.
“Son moléculas que pueden encajar muy fácil, con un clic, en un sentido es igual a cómo funciona el Lego. Es un Lego molecular”, ha indicado tras el anuncio del premio Olof Ramström, catedrático de Química y miembro del Comité. “Lo bueno es que este descubrimiento puede usarse casi para cualquier cosa”, ha continuado. Por ejemplo, fármacos, polímeros, geles… “Puedes construir estructuras complicadas que transporten fármacos al cuerpo humano, puedes hacer casi cualquier cosa”, ha subrayado.
“Ya ha tenido muchas aplicaciones y en el futuro seguirá madurando”, ha añadido Ramström, quien ha dicho que la química click ha sido como “abrir las compuertas” a un nuevo ámbito de posibilidades.
“Durante mucho tiempo, los químicos se han visto impulsados por el deseo de construir moléculas cada vez más complicadas. En la investigación farmacéutica, esto a menudo ha requerido la recreación artificial de moléculas naturales con propiedades medicinales. Esto ha dado lugar a muchas construcciones moleculares admirables, pero generalmente, consumen mucho tiempo y son muy caras de producir”, expone la Academia en un comunicado.
Por el contrario, las nuevas técnicas clic “han llevado la Química a la era del funcionalismo”, concluyen los miembros de la Academia sueca, en referencia a que el trabajo de los galardonados elimina varias complicaciones a la hora de diseñar nuevos fármacos y moléculas. “Esto traerá el mayor de los beneficios a la humanidad”, concluyen.
Bertozzi, la primera mujer que recibe un Nobel este año, y la número 59 desde que existen los premios, atendió a la prensa telemáticamente tras conocerse el galardón. La científica ha defendido el valor de la Química para realizar descubrimientos biológicos, arrojando luz en aspectos de la vida “donde no habíamos mirado antes”.
Además, ha subrayado la posibilidad de desarrollar múltiples aplicaciones prácticas con las técnicas de química clic que le han valido el Nobel, incluidos nuevos tratamientos para el Covid-19, según ha puesto de ejemlo. Por último, Bertozzi ha agradecido la labor de todos sus ayudantes a lo largo de 25 años.
El trabajo de Bertozzi llevó la química de clic a un nuevo nivel al desarrollar reacciones que funcionan dentro de los organismos vivos. Estas reacciones bioortogonales tienen lugar sin alterar la química normal de la célula.
Por tanto, pueden emplearse para explorar células y procesos biológicos sin causar daño. Utilizando reacciones bioortogonales, los investigadores han mejorado la orientación de los productos farmacéuticos contra el cáncer, algunos de los cuales se están probando ya en ensayos clínicos.
Bertozzi trabaja en la Universidad de Stanford, California, mientras que Meldal lo hace en la Universidad de Dinamarca y Sharpless, en el centro de investigación Scripps de La Jolla, también en California.
Cada premio Nobel completo está acompañado este año de una cantidad de 10 millones de coronas suecas, o unos 920.000 euros al cambio actual. En este caso, y al que ocurrió ayer con el de Física, el dinero será repartido a partes iguales entre los tres galardonados.
El de Química es, como cada año, el tercer premio Nobel que se da en el curso. El lunes pasado se concedió el de Medicina y Fisiología, el primero de la serie, al sueco Svante Pääbo, por sus descubrimientos sobre el genoma de especies de homínidos extintos y su contribución a entender la evolución de la humanidad.
El martes, el Nobel de Física premió a partes iguales al francés Alain Aspect, el estadounidense John F. Clauser y el austriaco Anton Zeilinger, por sus “experimentos de vanguardia con los estados cuánticos entrelazados, en los que dos partículas se comportan como una sola unidad incluso cuando están separadas”.
Mañana, jueves, llegará el anuncio de uno de los más esperados, el Nobel de Literatura.