María Isabel San Agustín estuvo 11 años presa por un delito que no cometió, ayer salió libre
Ciudad de México, 6 de agosto de 2021 (Agencias).- María Isabel San Agustín, mujer indígena de Hidalgo, se convirtió ayer en la primera mujer privada de la libertad en salir de la cárcel en la Ciudad de México luego del decreto firmado el 29 de julio pasado por el Presidente López Obrador, y que tiene como objetivo liberar a personas condenadas por delitos menores, por mayoría de edad o enfermedad o, como en el caso de María Isabel, por injusticia y un juicio irregular en el que no se tomó en cuenta la tortura de la que fue víctima.
Al salir del Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, la mujer pidió que su caso sirva como ejemplo para hacer justicia a mujeres privadas de la libertad por procedimientos irregulares o delitos que no cometieron
“Se me hizo justicia. Espero que esto sirva para todas las que están aquí injustamente, que se les haga justicia, porque aquí la mayoría de la población es inocente”, dijo a medios esta tarde, al salir de Santa Martha Acatitla.
La Jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, aseguró que las autoridades trabajan en casos como el de María Isabel, “ injustamente presa”.
“Me comuniqué con la familia de la señora María Isabel San Agustín para informarle sobre su liberación en las próximas horas, después de sufrir tortura y pasar once años injustamente presa. Estamos trabajando en otros casos similares en la Ciudad de México”, escribió la mandataria en su cuenta de Twitter.
Rosendo, padre de María Isabel, también celebró la liberación de su hija. “Nunca va a volver [al centro de privación de la libertad] porque mi hija es inocente. Ya se hizo justicia, la verdad, gracias a dios, ya se hizo justicia”, dijo a medios.
En 2013, María fue sentenciada a 65 años de privación de la libertad por su presunta participación en un secuestro. En 2018, se ordenó reponer el proceso para que se le aplicara el protocolo de Estambul –un manual para la investigación y documentación de la tortura y otros tratos inhumanas o degradantes–, con el que se acreditó que fue víctima de tortura.
Al ser cuestionada sobre lo que hará al llegar a su casa, la mujer dijo que solo piensa en su familia. “Me esperan mi familia, mis hijos, no lo sé todavía”, expuso.