Por nuevos problemas que involucran a dependencias federales, el “súperdelegado” Joaquín “Huacho” Díaz desaparece y no contesta ni el teléfono

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 -El caso de corrupción en la Aduana de Progreso de nuevo manifiesta la incapacidad del delegado Díaz Mena para controlar las dependencias federales

-Se le siguen acumulando los conflictos sin resolver a “Huacho” Díaz y peligran su posición como delegado y su influencia al interior de Morena          

Mérida, Yucatán, 25 de septiembre de 2019.- Luego del desaire público que le hizo el Presidente Andrés Manuel López Obrador durante su gira por Yucatán, el delegado federal Joaquín “Huacho” Díaz Mena está desaparecido de las actividades públicas y no contesta ni el celular cuando medios de comunicación tratan de contactarlo para pedirle su posición ante nuevos problemas, como el caso de presunta corrupción en la Aduana de Progreso.

En este escándalo, destapado por un trabajador y un medio de comunicación local, se pone de manifiesto el poco o nulo control del encargado de vigilar el correcto funcionamiento de las dependencias federales y coloca de nuevo a la Cuarta Transformación en entredicho.

Luego de que se dijo que por medio de sobornos y otras corruptelas se permite por la Aduana de Progreso el paso ilegal de maderas, pepino de mar, piezas de avión y distintas especies marinas en peligro de extinción, las autoridades federales en el estado han guardado silencio entre ellas la Profepa, encargada de la vigilancia de estas especies y productos, y en especial el delegado federal Díaz Mena, de quien se dice no contesta el teléfono y está desaparecido de las actividades públicas.

De acuerdo con algunas fuentes, el delegado federal no quedó nada contento, incluso está que no lo calienta ni el Sol, luego de los elogios y la confianza que expresó el Presidente al gobernador Mauricio Vila Dosal a quien, afirmó, “sí le transferiría recursos federales porque se aplicarían correctamente, pues es un gobernador honesto”.

Ahora, al saltar este caso de corrupción en la Aduana de Progreso, denunciado por un trabajador de ese mismo lugar, el delegado se hace “ojo de hormiga” y no se le encuentra por ningún lado. En su cuenta de tuiter, donde anuncia sus actos públicos, no se ha publicado nada desde la partida del presidente el sábado 21, y dicen medios de comunicación que tampoco contesta su celular.

Este actuar de ignorar los problemas ha sido el sello de Díaz Mena, quien no hace caso de quejas o demandas hasta que estallan o deja que sean otros quienes lo solucionen, tal como pasó con el caso de la pesca furtiva, los maestros sin plaza o los despedidos educativos del sistema federal, cuya única “gestión” fue ponerlos frente a la camioneta del Presidente para bloquearle el paso.   

Se comenta también que su posición está peligrando y el caso de la Aduana le complica la situación, no sólo en su  cargo como delegado, sino en la influencia que quiere tener la interior del partido Morena,  con miras a los cambios de directivas local y nacional, así como para las elecciones de 2021, donde se elegirán diputados locales, federales y alcaldes.

En esto cargos “Huacho” Díaz pretende imponer a sus amigos panistas que llegaron con él a Morena, lo que molesta a los verdaderos militantes, desplazados  de puestos directivos y cargos públicos.

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